José Lucena Llamas,
Cronista Oficial de la Ciudad de Montoro***
Introducción
El objetivo del presente artículo es intentar esclarecer las dudas surgidas en torno a la autenticidad de la fotografía Muerte de un miliciano y las circunstancias que la rodean. El trabajo, basado en los estudios realizados por especialistas e historiadores, se vertebra en seis apartados o ítems: la foto, ¿cuándo y dónde se hizo?, ¿fue un montaje?, el miliciano, el autor y conclusión.
En 1934 Gerta Pohorylle, una joven alemana judía de 24 años de edad, y Endre (André) Friedmann, un fotógrafo húngaro judío cuatro años más joven, se conocen en París. La pareja inicia una relación de amistad que pronto se convierte en amorosa y profesional. André enseñó el arte de la fotografía a Gerta y ella creó a Robert Capa y a Gerda Taro. Los dos jóvenes unidos por el amor y la fotografía hicieron de ésta su profesión.
Al iniciarse la Guerra Civil, la revista francesa Vu envía a España a la pareja como reporteros de guerra. Juntos recorrieron los frentes de Aragón, Guadarrama, Toledo y Córdoba con sus cámaras Leica y Rolleiflex, utilizadas indistintamente por uno u otra.

En febrero de 1937, rompe la pareja. Gerta queda en España y Endre regresa a París. A partir de ahora, ella coloca en sus obras el sello Photo Taro y él siguió usando el pseudónimo Robert Capa. Un pseudónimo que, según J. M. Susperregui, se convirtió en la nueva identidad de Endre que «le identificó, tanto profesional como personalmente y todo el mundo lo conocía por Robert Capa» (1).
El reportero además de utilizarlo como sello en sus trabajos, firmaba los documentos oficiales con el pseudónimo como puede observarse en el siguiente salvoconducto.

Unos meses después de la marcha de Capa a París, Gerta «La pequeña rubia», sufre un accidente mortal en la batalla de Brunete, convirtiéndose en la primera fotógrafa de guerra caída en el frente.
Al recibir la noticia, André exclamó «Ahora que Gerda ha muerto, todo se ha acabado para mí». Sin embargo, Capa continuó haciendo sus reportajes, siendo el más memorable el del desembarco en Normandía. Diecisiete años después en la guerra de Vietnam, André pisa una mina y muere como el amor de su vida con la cámara en la mano.
Cuando a finales de 1940, Capa huye a Estados Unidos deja a su ayudante, Imre Weisz (Csiki), tres cajas con unos cuatro mil quinientos negativos de fotografías realizadas por Taro, David Seymour (Chim) y por él mismo. Weisz las entregó en Marsella a Francisco Aguilar González, embajador mejicano. A mediados de la década de los 90, las fotos cayeron en manos de la cineasta Trisha Ziff quien las entregó en diciembre de 2007 al Centro Internacional de Fotografía de Nueva York (ICP) que Cornell Capa, hermano de Endre, había fundado treinta y tres años antes.

En el otoño de ese mismo año, se celebró una exposición de las fotografías en el ICP, al año siguiente se repitió en el Barbican Center de Londres y, en octubre del 2009, en el Museo Nacional de Arte de Cataluña de Barcelona.

Éstas y otras exposiciones y el documental La maleta mexicana, dirigido por la directora Trisha Ziff, aportaron un valioso material a los especialistas para tratar de aclarar las dudas surgidas sobre Muerte de un miliciano.
La foto
Muerte de un miliciano se publicó por primera vez el 23 de septiembre de 1936 en la revista francesa Vu y, unos meses después, en la norteamericana Life. Aunque la imagen suscitó dudas sobre su autenticidad desde pocos días después de su publicación, según Susperregui el pie de foto que Lucien Vogel, director de Life, colocó a la imagen creó una leyenda que impactó en el millón de lectores de la revista, quienes creyeron que fue la primera fotografía que recogía el instante mismo en que un combatiente era abatido por bala durante el fragor de una batalla.
La fama que adquirió la foto, considerada por unos como el icono más representativo del fotoperiodismo de guerra y por otros, Arthur Miller entre ellos, como «la fotografía más importante del siglo XX», fue el motivo por el que durante décadas no se cuestionara su autenticidad. Sería Philip Knightley el primero que, en 1975, la cuestionó (2).
A partir de entonces, surge una larga polémica sobre la autenticidad, autoría y circunstancias que rodean a la foto más reproducida de la guerra civil española.
¿Cuándo y dónde se hizo?
Como se ha dicho, tras las declaraciones de Knightley, surgió una larga polémica. En lo que concierne al lugar y fecha de la toma de la fotografía, los especialistas creyeron que se había tomado el 5 de septiembre de 1936 en Cerro Muriano. La fecha fue aceptada por todos los investigadores hasta que, a principios de este año, José Manuel Susperregui aseguró que se tomó unos días antes (2 o 3 de septiembre), mientras que Fernando Penco que, en un principio no descartó que hubiera sido el día seis, asegura que fue el día 4 (3). El lugar donde se tomó la fotografía ha ofrecido más dudas a los especialistas. Durante más de setenta años, se creyó que fue en Cerro Muriano. Richard Whelan, biógrafo de Capa, después de haber estudiado la foto durante más de dos décadas, llegó a la conclusión de que fue en esta pedanía cordobesa donde se obtuvo la imagen. No obstante, según apunta Alfonso Alba, especialistas como Franz Borkenau, Ksawery Pruzinsky y Renée Lafon, entre otros, «sugirieron la posibilidad de que se hubiera tomado en Las Cumbres», cerca de El Carpio y de Villafranca (4).

En noviembre de 2008, Susperregui se desplaza a Cerro Muriano y, cotejando el paisaje representado en la foto con el del Cerro de la Coja, lugar donde se creyó que había sido tomada, dedujo que no se correspondían. Marcha después a Espejo y, tras repetir el mismo procedimiento, sitúa el lugar en el Cerro Ventorrillo, en el Llano de Vanda, término municipal de Castro del Río (5). Al año siguiente, mayo de 2009, Fernando Penco, auxiliado por el fotógrafo Juan Obrero Larrea, tras realizar un largo trabajo de campo, concluyó que la foto se tomó en La Loma de las Dehesillas o Haza del Reloj a las afueras de Espejo, siendo el primero que sitúa en Espejo la toma de la célebre foto (6).

A finales de 2013, con motivo del centenario del nacimiento de Robert Capa y coincidiendo con la visita de Virgilio Peña y Rafael Martínez dos milicianos nonagenarios que lucharon en el frente de Espejo, se colocaron dos paneles explicativos en el lugar señalado por Fernando Penco cuatro años antes. Fue un hito importante conseguido gracias al trabajo y espíritu de lucha de Juan Pérez, de José Luis Santos Medina y de otros espejeños vinculados a la Memoria Histórica y Democrática de Espejo que, desde un principio, lucharon codo con codo para que se reconociera que este hecho histórico había sucedido en Espejo.
José Manuel Susperregui, desde un primer momento pensó que la fotografía podría encuadrarse desde otros ángulos y que era imposible encontrar el encuadre desde La Haza del Reloj. Más adelante, coincidiendo con el 80 aniversario de la toma de la imagen, declaró en rueda de prensa que el lugar era el Cerro del Cuco en el término de Espejo y no, el Cerro del Ventorrillo como él mismo había expuesto en Sombras de la fotografía ocho años antes (7). En marzo del año pasado, Fernando Penco declaró que el único emplazamiento posible era el cerro del Alcaparral, a unos 300 metros más al sur de la Haza del Reloj (8). En realidad, el lugar propuesto por Fernando Penco está justamente en la intersección del final de la Haza del Reloj y el principio del Cerro del Alcaparral.
No se cierra aquí la polémica, Susperregui, dos días después, puso en entredicho la conclusión de Fernando Penco por falta de pruebas y se ratificó en que el lugar exacto fue en el Cerro del Cuco (9).
¿Quién era el miliciano?
Mario Brotons, un alcoyano que estuvo en el frente de Cerro Muriano, declaró que el miliciano era Federico Borrell García «Taino». Aunque la familia de éste ni lo negó, ni lo afirmó, Whelan y la Agencia Magnum no lo refutaron y lo utilizaron como argumento para reafirmarse en la autenticidad de la foto (10). Estudios posteriores realizados por Robert L. Franks, el forense Fernando Verdú y Miguel Ángel Villena, entre otros, negaron la declaración de Brotons. Igualmente, los autores del documental La sombra del iceberg, los profesores Hugo Doménech y Raúl M. Riebenbauer, basándose en testigos, médicos forenses y documentos del archivo local de Alcoy, negaron que el miliciano fuera Federico Borrell. J.M. Susperregui, basándose en el artículo publicado en 1937 en la revista Ruta Confidencial por E. Borrell Fenollar, compañero de «Taíno», en el que relata que Federico murió de un tiro mientras estaba parapetado detrás de un árbol y no como refleja la foto de Capa, desmiente la versión oficial sobre la identidad del miliciano defendida por Robert Capa, Whelan, Magnum, Life y Cynthia Young, entre otros. A pesar de lo anteriormente expuesto, el biógrafo de Capa y Cynthia Young, siguieron defendiendo su teoría sobre la identidad del miliciano (11).
¿Pero quién fue realmente el miliciano? Por un error de interpretación de unas declaraciones de Fernando Penco en rueda de prensa celebrada en la Diputación Provincial de Córdoba, publiqué en un artículo anterior que el miliciano de la foto era Rafael Medina Ramírez.

Nada más lejos de la realidad, pues este miliciano, nacido en Espejo, en realidad era el oficial que en las imágenes tomadas por Robert Capa aparece con gorra de plato dando órdenes a los milicianos. Unos familiares de Rafael Medina, comparando una de sus fotos con la foto de Capa, reconocieron que el miliciano con gorra de plato era su pariente Rafael Medina Ramírez, conocido en Espejo por Rafalito «El Berenjeno».
Por otro lado, el propio Robert Capa había comentado a unos medios de comunicación estadounidenses que el oficial que aparece en las fotografías con gorra de plato era «quien le acompañó hasta el lugar donde se tomó la fotografía».
En la misma rueda de prensa en la que intervino Fernando Penco, José Luis Santos Medina, presidente de Memoria Histórica y Democrática de Espejo Comandante Pérez Salas y sobrino nieto de Rafael, declaró que su tío abuelo a comienzos de septiembre de 1936, ocupaba el cargo de presidente del Consejo de Guerra en Espejo.
Cuando el comandante Pérez Salas dio la orden de retirada -continúa Santos Medina- los republicanos de Espejo «huyeron hasta Jaén, en manos de la República, y se establecieron en Mancha Real. Al terminar la guerra, a mi tío abuelo lo cogen en Córdoba, lo llevan a Castro del Río y allí lo fusilan» (12).
Rafael Medina, tras ser apresado en Córdoba, es condenado a muerte en un consejo de guerra y fusilado unos meses después. Sus restos se encuentran en el cementerio municipal castreño donde esperan poder ser identificados (13)
¿La imagen captada fue un montaje?
¿Fue real o fue un montaje? ¿El miliciano muere heroicamente o es una simulación?. Encontrar la respuesta a esta pregunta también ha sido objeto de debate. Al principio, no hubo lugar a dudas: la foto capta el instante en que el miliciano fue alcanzado por un balazo en la cabeza.
Las dudas sobre su autenticidad surgieron al comprobar que, junto a la fotografía, aparecía la imagen de otro miliciano que caía también abatido y que las dos fotos habían sido tomadas en el mismo lugar, con el mismo encuadre y casi en el mismo instante. En 1972, Piero Berengo Gardin publica un artículo en la revista Fotografía italiana donde asegura que la foto es falsa. Roberto Leydi, Ricardo de la Cierva y Phillip Knightley comparten esta afirmación (14).
Sin embargo, Whelan, Cornell Capa, las revistas Magnum y Life siempre han defendido su autenticidad. Richard Whelan, biógrafo de Endre y uno de los que con mayor ahínco ha defendido que la foto es real, después de estudiarla durante más de dos décadas y escuchar las declaraciones de Robert L. Franks y Mario Brotons Jordá, excombatientes en Cerro Muriano, llegó a la conclusión de que era auténtica; pero piensa que no se hizo en el fragor de la batalla, sino que es una recreación (15 Años más tarde, Whelan sigue defendiendo su teoría y califica de morbosos y triviales a los que quieren saber si es auténtica o falsa. Susperregui rebate sus argumentos (16). A la misma conclusión que Whelan, aunque con algunos matices, llega Cynthia Joven, organizadora de la exposición «Esto es la guerra», celebrada en el Barbican Centre de Londres. La reportera Hansel Mieth, por su parte, declaró que Capa le había confesado que tomó la imagen en un simulacro y que una «inesperada bala» acabó con la vida del miliciano en el preciso momento de disparar la cámara (17).
Fernando Penco, tras siete años estudiando la foto, publica en la revista científica Fotocinema un artículo en el que afirma que es real, aunque al igual que Cynthia discrepa con Whelan en algunos aspectos (18). Demetrio E. Brisset Martín, tras un estudio antropológico de la foto, opina que es una farsa, una teatralización, una puesta en escena (19). Susperregui, tras comparar las imágenes, supuestamente tomadas en Cerro Muriano, y estudiar tamaños, perspectivas y encuadres, llega a la conclusión de que la escena recogida en la foto fue preparada, que la imagen no es real, sino una escenificación, un montaje fotográfico, al igual que todas las fotos que Capa sacó en Cerro Muriano (20). Hugo Doménech y Raúl Riebenbauer demuestran en el documental La sombra del iceberg que fue un posado en el que nadie muere. Luca Pagni, superponiendo varias fotografías, deduce que se trata de un montaje (21).
Por otro lado, si la foto se hizo en Espejo es imposible que Capa tomara la foto en el fragor de la batalla y que el miliciano cayera muerto, pues, como asegura Francisco Moreno, Espejo no fue atacado hasta finales de septiembre.
¿Quién la hizo? ¿Quién oprimió el disparador de la cámara?
El hecho de que Gerta y Endre trabajaran en equipo, usando indistintamente sus cámaras y firmando las fotos con el pseudónimo Robert Capa hasta que se separaron en 1937, ha dificultado la identificación del autor de Muerte de un miliciano.
Aunque siempre se creyó que la hizo Capa, podría haberla hecho cualquiera de los dos. En 1975, el periodista Phillip Knightley, cuestionó su autoría y no descartó que hubiera sido Taro. Las declaraciones de Knightley fueron objeto de un largo debate. Susperregui, tras un exhaustivo estudio de la fotografía, concluye que la foto no fue tomada con una Leica, sino con una Rolleiflex, pero le quedó la duda si fue Capa o Taro quien disparó la cámara, pues el hecho de que Capa utilizara una Leica y Taro, una Rolleiflex no es argumento suficiente para asignar su autoría.
Más adelante, tras comparar las imágenes tomadas, supuestamente en Cerro Muriano, y estudiar tamaños, perspectivas y encuadres, llegó a la conclusión de que, sin lugar a duda, el autor era Capa (22).
Las investigaciones más recientes otorgan a Taro un mayor protagonismo y apuntan a la posibilidad de que fuera ella y no Capa la autora de la foto. Irme Schaber, biógrafa de Taro, y los directores del documental La sombra del iceberg no descartan que hubiera sido Taro (23). El japonés Eijiro Yoshioka, amigo personal de Richard Whelan y de Cornell Capa, publica en el otoño de 2014 un ensayo en el que asegura que la foto se había hecho con el formato 6 por 6, es decir, con una Reflex Korelle, la cámara que solía usar Taro. Aunque este historiador japonés, conservador de fotografía del Museo Fuji de Japón, no cuestiona la autoría de Capa, apunta a que pudo ser Gerda quien congeló la imagen. El ensayo de Yoshioka, el libro de Irme Shaber y el documental de Doménech y Riebenbauer hicieron reflexionar a Fernando Penco, quien no descarta que hubiera sido realizada por Gerda Taro (24).

Conclusión
Lo que en un principio fue la marca que la pareja de jóvenes reporteros utilizaba para firmar sus trabajos se convirtió en la nueva identidad de Endre Friedmann. Con este seudónimo firmaba sus trabajos y con él era conocido internacionalmente.
Hoy en día, todos los investigadores coinciden en que la foto se tomó en Espejo, aunque discrepan en el lugar. Fernando Penco, que lo había situado en la Haza del Reloj, lo sitúa a unos trescientos metros más al oeste en la intersección del el Cerro del Alcaparral y la Haza del Reloj; mientras que J.M Susperregui mantiene que fue en el Cerro del Cuco.
Sin entrar en polémica- el que escribe no es especialista-, lo verdaderamente importante es que los dos investigadores coinciden en que se hizo en Espejo y que los tres lugares propuestos están relativamente cerca unos de otros.
Los mismos historiadores discrepan en la fecha. Fernando Penco, basándose en la serie de fotos tomadas el día 5 de septiembre por los dos jóvenes reporteros en la Fuente Agria, Cerro Muriano y Pozoblanco, se reafirma en que las fotos tomadas en Espejo, unas 40 según el ICP, se tomaron el día 4 por la tarde (25). J.M Susperregui. sostiene que fue unos días antes del día 5.
Tampoco hay una conclusión definitiva sobre la autoría, aunque las últimas investigaciones apuntan la posibilidad de que fuera Taro y no Capa. Por último, la identidad del miliciano es a una incógnita por resolver.


El 14 de noviembre del año pasado, se inauguró un monumento al miliciano inmortalizado en la foto en el lugar en el que Penco Valenzuela situó por primera vez el enclave donde se había congelado la histórica foto. En dicho lugar, se colocó una escultura de bronce a tamaño real del miliciano de la foto, obra del escultor cordobés José María Serrano Carriel, y dos grandes paneles explicativos, que sustituyeron a los paneles antiguos.
Próximamente, según declaró Santos Medina en el acto de inauguración del monumento, el tramo de camino que une la Haza del Reloj con el Cerro de El Alcaparral se llamará Caminos de la Memoria y se colocarán paneles explicativos a lo largo del recorrido, en puntos de acceso a la localidad y en varios lugares estratégicos. Así mismo, el alcalde de Espejo, Florentino Santos Santos, adelantó que está previsto dotar al monumento y a su entorno de una buena iluminación, arreglar el camino de acceso y colocar señales en puntos estratégicos que indiquen al visitante el itinerario que debe seguir hasta el mirador. Por otro lado, continúan los trámites burocráticos para resolver los expedientes de declaración del paraje como Lugar de la Memoria Histórica y Bien de Interés Cultural. Luis Naranjo, director general de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, y el entonces alcalde Francisco Antonio Medina dieron a conocer en la I Semana de Robert Capa en Espejo que ya se habían iniciado las diligencias (26).
Recientemente (06-06-2022), se inauguró Caminos con Memoria. Se colocaron dos paneles, uno explicativo y otro con un croquis hecho por un labrador en el que detallaba los principales puntos defensivos republicanos, entre ellos La Haza del Reloj y el Cerro del Alcaparral. El labrador entregó el croquis a los sublevados.
En ambos paneles hay un código QR que, si se descarga, puede leerse una extensa y documentada información sobre Caminos con Memoria. Tras la inauguración, se celebró una jornada de senderismo, cuya ruta comienza junto a los carteles, sube hasta el Mirador de Robert Capa y termina en Los Molinos del Campo, pasando por lugares relacionados con la estancia de Capa en Espejo.
La inauguración estuvo organizada por Memoria Histórica y Democrática de Espejo Comandante Pérez Salas. Participaron en el acto, su presidente José Luis Santos, Florentino Santos, alcalde de Espejo, Fernando Penco, concejales del PSOE e IU y numerosos simpatizantes. Durante el recorrido, el historiador Fernando Penco explicó los hechos históricos acaecidos en la zona y señaló el sitio exacto de la toma de la foto (27).
Agradecimientos
– Mi agradecimiento a José Luis Santos Medina, sobrino nieto del miliciano de la foto, por su ayuda y por la información facilitada. Así mismo, agradezco a los nietos de Rafael Medina Ramírez que me hayan cedido la foto de su abuelo.
*** Este artículo con ligeras variaciones se presentó en el XLVI Congreso de la Real Asociación Española de Cronistas Españoles y II Hispano-Mexicana de Cronistas, celebrada en Avilés del 26 al 28 de noviembre de 2021
Notas
(1) Susperregui, J. M. Sombras de la fotografía. Universidad del País Vasco,2009, p.54
(2) Opus citado, pp., 71-72
(3) Diario Córdoba, 26-2-21 y 12·03·21
(4) Diario de Sevilla, 26-10-2008.
(5) Opus citado, pp.,101-102.
(6) Penco Valenzuela, F. La foto de Capa. Córdoba, 2011, pp104-105.
(7) Europa Press, 03-09-2016 y la Razón 11-09-2016.
(8) EFE Córdoba 10-3-2021.
(9) Diario Córdoba, 12-03-2021.
(10) Opus citado, pp., 64-66.
(11) Opus citado, pp., 68-69.
(12) EFE Córdoba,10-03- 2021 y El Día,10-03 -2021.
(13) 11-08-1939, 25-11-1939
(14) Susperregui, Opus citado, p., 62.
(15) Opus citado, p.,66.
(16) Opus citado, p.,63.
(17) EFE, 16-09-2008.
(18) Fotocimena, 19-01-2015
(19) Gazeta de Antropología. «Fotografía, muerte y símbolo»”, nº 21, enero de 2005
(20) Opus citado, pp., 73-83.
(21) El País-Barcelona, 07-07-2009.
(22) Opus citado, pp., 83-94.
(23) Fotocimena, nº 10,19-01-2015, pp.,144-45
(24) Mito. Revista cultural, 5 noviembre, 2013.
(25) Revista General de Información y Documentación 31 (2) 2021; 757-781. «Acerca de la localización de Muerte de un miliciano y otras consideraciones».
(26) Europa Press Córdoba, 25-09-2014.
(27) Coordenadas del lugar, según Fernando Penco: X- 363428.40, Y-4171230.50
Bibliografía
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BORRELL Fenoller, E. «El compañero Federico Borrell Taíno»”. Ruta confederal, 6 de noviembre1937.
CIRRE, J. De Espejo a Madrid, con las tropas del general Miaja. Granada, 1947
BRISSET Martín, Demetrio E. «Fotografía, muerte y símbolo». Gazeta de antropología nº. 21, enero 2005.
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PENCO Valenzuela, F. La foto de Capa. Córdoba, 2011–Capa en Córdoba. www.capaencordoba.com/index.html. —-. Gerda Taro: una fotógrafa olvidada. Mito. Revista Cultural. Castro del Río, 2014. http//revistamito.com/gerda-taro-una-fotografa-olvidada/ —-. Revista General de Información y Documentación 31 (2) 2021; 757-781. «Acerca de la localización de Muerte de un miliciano y otras consideraciones».
SUSPERREGUI, J. M. Sombras de la fotografía. Universidad del País Vasco,2009.—. Localización de la fotografía Muerte…de Robert Capa. tomado de http//dadun.unav.edu/handle/10171/41896—-. «Controversias sobre el catálogo razonado de Gerda Taro». Discursos fotográficos. Tomado de: www.academia.edu/3608028/
WHELAN, Richard. Robert Capa. Obra fotográfica. Madrid, 2001 —-. Robert Capa. La biografía. Madrid, 2003
YOUNG, C. La Maleta Mexicana. Madrid, 2011.
Fotografias
Foto 1: Cédula consular otorgada en septiembre de 1939 por el Consulado de Chile en París, cuyo cónsul era Pablo Neruda. Capa firma como André Friedmann, su verdadera identidad.
Foto 2: Salvoconducto expedido por Juan Negrín, Presidente del Gobierno, el 7 de enero de 1939. Firma como Robert Capa
Foto 3: Fernando Penco, Juan Pérez, José Luis Santos Medina y Virgilio Peña.
Foto 4: Uno de los paneles que se colocaron en 2013 en la que aparece la célebre foto y Juan Pérez
Foto 5; Rafael Medina Ramírez
Foto 6: Escultura del miliciano
Foto 7: Maleta de Capa. Exposición de Barcelona.
Foto 7 bis: Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Foto 8: Uno de los dos nuevos carteles del Mirador de Robert Capa
Foto 9: Uno de los dos carteles colocados en la inauguración de Caminos con Memoria.
