«Los japoneses 2015-2017»
Texto y fotografías: Rafa Cabrera
En junio de 2015 y abril de 2017, realicé por motivos laborales sendos viajes a Tokyo, siempre había fantaseado con la cultura nipona a caballo entre lo tecnológico y la tradición, pensaba en los japoneses como individuos estrictos y poco dados a la confraternización con sus paisanos, mucho menos con los foráneos.
Con esta mochila de prejuicios, y después de 14 horas de vuelo atravesé la terminal de Narita, llamó mi atención la chica que portaba un cartel con mi nombre, nos encontramos en la mirada, me acerqué, me presenté y alargué la mano con la intención de saludarla, gesto que ella ignoró e hizo lo propio con una leve inclinación de torso… Ya en el exterior me esperaba el conductor del coche que me llevaría al hotel, reproduciendo exactamente el mismo gesto que ella por todo saludo.
En el hotel todo son reverencias de propios y extraños, en cierta manera me sentía abrumado por tanta genuflexión.
Después de varios días en esta bulliciosa, pero ordenada ciudad, necesitaba abrazar a alguien o al menos dar un apretón de manos, empresa esta más que imposible, como si todo contacto físico en el saludo fuera sancionable.
Haciendo un ejercicio mental pensé, Tokyo tiene casi 10 millones de habitantes, si cada uno saluda 2 ó 3 veces al día (amigos, vecinos, parientes, etc…) hablamos de 30 millones de reverencias diarias aproximadamente, lo que me llevaba a la conclusión de que los japoneses estan irremediablemente perdidos en la reverencia.
Esta y otras reflexiones absurdas rebotaban en mi cabeza, mientras, mi cámara por libre disparaba sin parar.

Ahora noviembre de 2020, esa frialdad que percibía de los amigos tokiotas, paradójicamente la estamos reproduciendo en parte, ahora todos somos un poco japoneses gracias a este maldito Covid 19.
El siguiente reportaje es el resultado de mi deambular por las calles de Tokyo… lo puedes aderezar con «Just like honey» (The Jesus and Mary Chain).