GOVAL: [Metáforas EN-CAJA-DAS]

Texto: Gloria Álvarez De Prada

Goval es un provocador. Es un artista sin afanes comerciales, sino más bien por una voluntad de comunicación.  Por consiguiente, ha preferido crear una serie de poemas visuales que él denomina  [CAJAS] o constructos que toman como materia prima los objetos más vulgares y cotidianos, pero que -al ser descontextualizados y manipulados- producen un efecto de extrañamiento, hasta el extremo de generar nuevas significaciones. Será el espectador  quien de estas [metáforas encajadas] realizará una lectura mixta, es decir, que dicha lectura participará tanto del mensaje de la obra en sí misma como de la interpretación que cada lector haga en función de sus expectativas y experiencias previas.

     Ahora bien, conviene advertir de que Goval no parte de cero, sino que reconoce explícitamente su deuda con los que él admira por ser los pioneros de la poesía visual. En concreto, debo referirme a Jacques Carelman, Joan Brossa y Chema Madoz. No obstante, los poemas [encajados] de Goval –sin descuidar los aspectos estéticos de pulcritud ni tampoco los efectos de desconcierto- quieren llegar más lejos en la concepción del arte como compromiso político. Tiene referencias literarias porque sus constructos son relatos en imágenes, porque recurre, no sólo a las metáforas icónicas, sino, también, a otros recursos como las paradojas, las metonimias y las sinécdoques.

     Además, suponen una invitación a reflexionar acerca de la condición humana,  nos incitan a repensar acerca de nuestra memoria histórica compartida. En este contexto, Goval se nos antoja un resistente, un creador contracorriente que plantea una defensa de los discursos alternativos, con un planteamiento laicista, antisexista, antidogmático, anticonsumista y antibelicista o, lo que es igual, con una sensibilidad pluralista que se posiciona en lo éticamente aceptable y sostenible.

     Algunas de sus obras son de una enorme claridad con el fin de que el espectador evoque experiencias vitales similares a las mostradas. Otras, en cambio, resultan más crípticas y nos enfrentan ante el abismo intelectual de lo indecible. Sin embargo, en todas ellas existe un nexo común: el de la concepción del arte como acto provocador de reflexiones acerca de la realidad.

     En suma, Goval demuestra una concepción del arte como acto comunicativo y, a la vez, como acto didáctico de enorme lucidez expresiva. Y, por ende, sus [METAFÓRAS EN-CAJA-DAS] están inspiradas en las relaciones dialogísticas entre los discursos, desde el discurso azaroso e inestable del tiempo individual hasta la subjetividad plural de la memoria histórica.

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