Texto y fotografías: Javier Ramos, Francisco Pérez, Jesús Navas
Cada día son más los astrónomos que optan por la más desconocida y cara de las disciplinas fotográficas, la astrofotografía. Muchos son aficionados a la astronomía que decidieron dar el paso, otros son amantes de la noche, los paisajes nocturnos o incluso de la naturaleza, y aunque parezca complicado la realidad es que la fotografía astronómica está al alcance de cualquiera que sepa usar una cámara de fotos y tenga unos conocimientos básicos de retoque fotográfico. Huyendo de las luces de la ciudad y buscando los rincones más oscuros de la provincia, lo astrofotógrafos son los auténticos vigilantes de la noche, quédate a leer este artículo y te contaremos todo lo que implica esta disciplina, y quien sabe, quizás acabes siendo uno de ellos.
¿Qué es la astrofotografía?
Como astrofotografía se podría entender cualquier tipo de área de la fotografía relacionada con la astronomía. Si bien es un término amplio puede englobar desde las aplaudidas fotografías de campo amplio donde podemos ver campos de estrellas con la vía láctea de fondo, fenómenos celestes como eclipses, espectaculares lunas, o la parte más técnica, que consiste en obtener imágenes con seguimiento a través de telescopios o sistemas de autoguiado.
A día de hoy existen grandes fotógrafos especializados en fotografiar la noche, no hay que confundir fotografía nocturna con astrofotografía, pues si bien la primera se sirve de la noche para obtener fotografías espectaculares, la segunda se centra en fotografiar fenómenos astronómicos, campos estelares o cualquier objeto con un valor astronómico y científico que podemos observar en nuestro firmamento.
¿Cómo podemos iniciarnos en la astrofotografía?
En principio hay varios niveles en los que podemos iniciar nuestra actividad como astrofotógrafos, desde el trípode y la cámara más básico, hasta telescopios con sistemas complejos de autoguiado y filtros especiales para obtener detalles asombrosos; está claro que a falta de luz la larga exposición es una de las claves.
Para fotografiar un campo estelar o una vía láctea en principio con alejarse de la ciudad en noches sin luna y usar una DSLR con un ISO alto y un objetivo luminoso, suele ser más que suficiente. Pero si queremos fotografiar nebulosas, galaxias, o planetas, vamos a necesitar gastar dinero y un duro entrenamiento a base de prueba, error y pasar frío en las noches de gran parte del año. Sin embargo, conforme empezamos a obtener resultados el trabajo final llega a ser espectacular, tal y como podréis comprobar en las fotos que acompañan este reportaje.
Para fotografía planetaria de alto detalle vamos a necesitar telescopios con un buen aumento y cámaras CCD tecnológicamente optimizadas, al igual que para fotografiar objetos de cielo profundo como nebulosas y galaxias.

Vale, quiero ser astrofotógrafo ¿Ahora qué?
Lo primero es aprender los conceptos clave de la fotografía, imaginamos que ya tienes nociones, si no vas a tener que empezar por ahí.
La segunda parte y la más desconcertante para muchos: vas a tener que aprender astronomía, comprender un poco cómo funciona el universo y la mecánica celeste; una vez sepas esto ya todo es ponerse.
La mejor recomendación en el caso de que queramos iniciarnos y no sepamos cómo, es que busquemos alguna asociación donde aprender de los compañeros, en Málaga en concreto tenemos dos asociaciones, Agrupación astronómica SIRIO y la Sociedad Malagueña de Astronomía SMA.
Por otro lado hay empresas como Astroándalus, que en algunos eventos astronómicos imparten cursos de iniciación a la astrofotografía con DSLR.
(c) Javier Ramos
¿Qué cosas podemos fotografiar en astrofoto?
La lista de objetos y fenómenos astronómicos a fotografiar es muy amplia, no obstante vamos a dejar aquí algunos ejemplos:
- Eclipses, tanto de Sol como de Luna
- Campos de estrellas
- Conjunciones planetarias
- Cúmulos de estrellas
- Nebulosas
- Galaxias
- El sol, con filtros o telescopios especiales
- Planetas, desde Mercurio a Neptuno
- Auroras boreales
- Solsticios, equinoccios, y un largo etc…
Lo más impresionante es que a día de hoy cualquier astrofotógrafo avanzado es capaz de conseguir imágenes que visualmente no tienen nada que envidiar a las que tomaban los grandes observatorios astronómicos no hace tantos años, y la cosa parece que va a seguir avanzando, gracias a los nuevos sensores y cámaras CCD que hay en el mercado.
Cuidadito con el sol
A pleno día también se puede hacer astrofotografía y una de las cosas que nos puede llamar más la atención es el sol, sin embargo, hay que tener mucho cuidado, sin la protección adecuada podemos hasta derretir la cámara por dentro, o quedar ciegos, por lo tanto esto mejor dejarlo para usuarios avanzados y que sepan muy bien lo que están haciendo.
La luz mal aplicada, el enemigo común.
Aparte de las condiciones meteorológicas y quizás el presupuesto, el principal enemigo y factor limitante de la astronomía como ciencia y como afición es la contaminación lumínica. Por supuesto, afecta de lleno a la astrofotografía y a la fotografía nocturna de paisajes, alterándolos irremediablemente (sí, los paisajes tienen una dimensión temporal). Tan solo la fotografía planetaria, lunar y solar no se ven afectadas por ella, ya que el brillo de estos objetos es muy superior al del brillo del cielo causado por la dispersión de la luz artificial nocturna en la atmósfera.
Con frecuencia no se tiene conciencia de lo que supone este tipo de contaminación, y hasta cierto punto es normal. No figura explícitamente entre los contenidos mínimos de ningún estudio andaluz no universitario (a nivel estatal sucede lo mismo). Imaginemos que vamos por el campo y vemos una escombrera, o un río pestilente con vertidos. Pues esto es igual. Se trata de otro tipo de contaminación tan pernicioso como puedan ser los pesticidas, por ejemplo. Cuando se comprende esto, no hay forma de ver como algo hermoso todas esas luces en el horizonte o las cúpulas lumínicas que forman, visibles incluso desde cientos de kilómetros.
(c) Jesús Navas. Vista nocturna desde la cima del Veleta (Parque Nacional de Sierra Nevada), el lugar supuestamente más protegido de la península Ibérica contra la contaminación lumínica por ser Parque Nacional y por la cercanía al punto de referencia del Observatorio de Sierra Nevada (OSN). Se trata de una panorámica parcial donde se aprecian las cúpulas lumínicas de Málaga, el valle del Guadalhorce y la Costa del Sol (A), Granada y su vega (B) y Pradollano (C), entre otras muchas más lejanas. Nikon D850
De todos sus efectos negativos, el de estropear o limitar una astrofotografía, es el menos importante. Iluminar al cielo es una de las formas más irracionales de tirar el dinero que pagamos todos por una electricidad al parecer aún no lo suficientemente cara. Además, supone la emisión indirecta de CO2
Así que, cuando la contaminación lumínica afecta a nuestras astrofotografías, nos impide hacerlas o nos obliga a desplazarnos cientos de kilómetros para poder realizarlas, hemos de tener claro que de ninguna manera ese es el peor de los efectos. Solo es el más fácil de constatar. Y por eso, la fotografía nocturna de paisaje y la astrofotografía pueden ser dos poderosas herramientas de concienciación.
El cielo siempre ha sido centro de interés y veneración por parte de los humanos, ya sea por sus misterios, su belleza o su precisión matemática. Esperamos que os haya gustado este artículo, y os animamos a iniciaros en el mundo de la observación astronómica y la astrofotografía.